Fiestas de Moros y Cristianos
Mojácar hunde sus raíces en un legado cultural rico y variado, que dejará marcado para siempre el carácter de sus habitantes y la fisonomía de su pueblo. A comienzos del siglo VIII, el sureste peninsular conoció la irrupción de los ejércitos árabes y el inicio de la larga etapa musulmana.
En el año 1488, todos los Alcaides de la comarca acudieron a rendirse ante los Reyes Católicos, excepto el de Mojácar. Por esto, enviaron al Capitán Garcilaso de la Vega a entrevistarse en La Fuente, donde Alabez (Alcaide de Mojácar en aquel momento) explicaba, los motivos por los que no se había rendido. De este hecho histórico nacen las Fiestas de Moros y Cristianos de Mojácar.
La Fiesta de Moros y Cristianos sin duda Mojácar se vive todo el año de manera especial. Toda la gente del pueblo, y también muchos foráneos, se distribuyen en grupos y asociaciones denominadas kábilas y cuarteles, que desfilan por todo el pueblo con vistosos, coloristas y lujosos trajes de inspiración árabe, cristiana o goyesca, según las comparsas, para conmemorar la entrega negociada y pacífica de las Villas de la Comarca a los Reyes Católicos a finales del siglo XV.
No hubo vencedores ni vencidos, y la esencia de este espíritu de los creyentes musulmanes, cristianos y judíos de respeto mutuo, y esta forma de vida en paz, aún permanece en el sentir de las gentes de Mojácar. Por eso desean con fervor y preparan con esmero todo el año la llegada de estas fiestas en las que se entremezclan en un único desfile, público y actores, los vestidos, la música, las comparsas, los caballos, el baile, y cuantos ingredientes se puedan imaginar, componiendo ante los atónitos ojos de los espectadores un espectáculo de luz, de color, de jaleo y de amistad digno de un cuento de las mil y una noches.