Mojácar Natural
La estructura urbana de Mojácar es sin duda uno de sus atractivos principales. El intrincado laberinto de sus calles empinadas, el blanco de su caserío y su posición colgando de la última estribación de Sierra Cabrera forman un conjunto de gran belleza.
Pero el municipio conserva a su vez paisajes rurales y naturales de un gran valor cultural, destacando sus playas vírgenes de origen volcánico, las cortijadas de Sierra Cabrera, los barrancos, etc.
Mojácar y el mar
Mojácar cuenta con 17 kilómetros de costa, que van desde Marina de la Torre (frente al campo de golf), límite con Garrucha, y hasta la Rambla de la Granatilla, en la impresionantemente bella pedanía de Sopalmo, y a pocos kilómetros de inicio del Parque Natural de Cabo de Gata – Níjar, junto al término de Carboneras. El visitante puede disfrutar tanto de playas vírgenes, ideales para los más solitarios, como otras más turísticas, dotadas de numerosos servicios.
Galardonadas con Banderas Azules de la Comunidad europea o inmersas en planes de calidad, las playas de arena de gránulo fino son las preferidas por las familias, ya que en ellas podemos realizar todo tipo de actividades de ocio y disponer de todos los servicios: Playas de Marina de la Torre, El Descargador, El Cantal, La Cueva del Lobo, Las Ventanicas y Venta del Bancal, entre otras. En dirección Carboneras se sitúa la tranquila playa de Macenas, que es vigilada por una torre artillada que se alza junto al mar y presidida por castillo, desde donde se divisan la Cala del Peñon y la Playa del Sombrerico.
La Zona sur de Mojácar permite disfrutar de una manera más salvaje y aventurera del paraíso costero formado por calas como Bordenares, El Lance o Cala Granatilla, protegidas para la práctica del naturismo, son calas naturales con ricos fondos marinos.
Mojácar y la montaña
Una de las mejores formas de conocer Mojácar es adentrarse en sus tierras y montes a través de los caminos y veredas. Los paisajes quedan grabados en la retina por su luminosidad especial. El valor paisajístico de Mojácar es incalculable.
Su naturaleza es muy viva, rica y diversa, tanto desde el punto de vista zoológico como botanico. Nos encontramos tanto con las aves de los humedales de la Laguna del Río Aguas, en la desembocadura de éste, como con la Tortuga Mora, especie protegida y que encuentra su hábitat en latitudes bajas de escasa vegetación. El campo de Mojácar, huele a romero y tomillo, y en él conviven la retama y el esparto junto con endemismos vegetales de gran importancia científica, como el Limonium estevei (conocida como Siempre viva Mojaquera).
Mojácar está asentada en una estribación de la Sierra de Cabrera cuyo perfil irregular lleno de crestas está causado por ser la más reciente formación geológica de la provincia. Destacan sus diversos y abruptos paisajes que van desde profundas ramblas a oasis de vegetación propia de lugares lejanos, convertidos en caprichosas formas volcánicas al bajar al nivel del mar.