Se presenta en Mojácar la primera Asociación de Mujeres de la localidad y el Ayuntamiento rehabilita un nuevo espacio de interés turístico.

Se presenta en Mojácar la primera Asociación de Mujeres de la localidad y el Ayuntamiento rehabilita un nuevo espacio de interés turístico.

Se ha presentado en Mojácar la primera asociación de mujeres de la localidad que bajo el nombre de “Asociación de Mujeres Mariquita La Posá”, inicia su andadura con un acto público que tuvo lugar a los pies de la Cueva en torno a la cual se fraguó una de las más famosas leyendas del municipio.
Una presentación que tuvo un carácter doble ya que, para la ocasión, el Ayuntamiento de Mojácar ha rehabilitado este enclave y el entorno para su incorporación a los espacios de interés turístico ya existentes y como un valor añadido más a los numerosos puntos de interés en la oferta cultural de Mojácar.
Al acto acudieron Nuria Rodríguez Martin, alcaldesa de Berja y Diputada de Igualdad; Yolanda Fernández, Directora del Área de Igualdad y Familia; Francisco García Cerdá, Concejal Adscrito a la Alcaldía en el Ayuntamiento de Mojácar; la Junta Directiva de la Asociación, así como numeroso público entre el que se encontraba la Alcaldesa de Mojácar, Rosa María Cano y miembros de su Junta de Gobierno.
En el turno de intervenciones, Francisco García Cerdá quiso agradecer a Diputación Provincial de Almería el apoyo recibido a esta iniciativa de las mujeres mojaqueras, pioneras en la localidad, así como a la puesta en valor municipal de un atractivo más del patrimonio del municipio, en este caso de un lugar mágico recuperado de la tradición. Por su parte, desde el Ayuntamiento, Francisco García Cerdá ofreció públicamente el apoyo del Consistorio para que continúen con su actividad.
Raquel Jiménez, secretaria de la Asociación destacó la unión, fuerza y creatividad que surgió gracias al galardón navideño de Ferrero Rocher, “una magia navideña que pretendemos se prolongue todo el año” y de la que partió la idea de la creación de la Asociación.
Por su parte, la presidenta de Mariquita La Posá, Ginesa María Montoya García, tras agradecer al ayuntamiento su colaboración incondicional y a la Diputación provincial su ayuda, mostró su satisfacción hacia los miembros componentes de esta asociación: mujeres dedicadas a rescatar las tradiciones mojaqueras, sus costumbres y al amplio patrimonio cultural del pueblo que sólo será posible “con la ayuda de todos”. Una asociación que nace “abierta, participativa, apolítica, dialogante e independiente”.
Pese a su corta vida, han sido las encargadas de decorar los indalos repartidos por el casco antiguo, tematizándolos, según la ocasión, han recuperado la ancestral costumbre del aguinaldo o el desfile de máscaras en carnaval, entre otras actuaciones.
Paralelamente, el Ayuntamiento de Mojácar ha procedido, en el entorno de la cueva, a renovar la vegetación, creando un pequeño jardín, instalar bancos de forja en las zonas altas, a la iluminación e instalación de grandes fotos antiguas donde pueden apreciarse a jóvenes en la cueva y un cartel explicativo de la leyenda, resaltando su belleza y su magia.
La leyenda de Mariquita la Posá (o la desposada) cuenta una historia de hace muchos años en los que vivía un viejo alquimista en la boca de una cueva, situada en la cuesta que nos emplaza al Mirador de la Plaza Nueva. Una epidemia de peste que devastaba a la población mojaquera, fue el motivo por el que María, Mariquita, una bella joven lugareña, decidiera con valentía desposarse con el viejo hechicero poseedor del remedio que paliaría dicho mal. Tras el casamiento, el alquimista, temeroso de la huida de su esposa una vez conseguido el «secreto», postergaba un día tras otro el darle a María el remedio para el padecimiento del pueblo. La mujer, deseosa de librar a la población, una noche que el hechicero dormía, armándose de valor cogió el tarro que contenía el líquido salvador, exorcizando así al pueblo de su terrible castigo. Ella temiendo la venganza del mago al despertar y conocer la verdad, vertió una pócima dentro de la boca de éste, para librarse definitivamente de él.
Por los efectos de la impaciencia y el entusiasmo, al agitar el tarro, una gota del brebaje cayó en su mano derecha, haciéndole un agujero, y hechizándola para siempre. Y dicen que aún siguen allí los dos «encantados»… y que en las noches de plenilunio se puede ver a Mariquita, merodeando por las calles del pueblo lamentando su suerte. Los mojaqueros, agradecidos, al pasar por la cueva solían cantar: «Sal sal Mariquita la Posá, la que tiene la mano «agujereá» y que sino la tuviera todo el pueblo pereciera».